La forma en la que lo han hecho recuerda a la que utilizó Edward Lorenz cuando explicó la impredecibilidad del tiempo atmosférico debido al efecto mariposa, o lo que es lo mismo, a la extrema sensibilidad a las condiciones iniciales. Gracias a esta nueva comprensión del fenómeno desde la perspectiva de los sistemas complejos y la teoría del caos, se incentivarán nuevas investigaciones para el control de los “filamentos de luz” y la mejora de sus aplicaciones.
Uno de los propósitos de la ciencia de la complejidad es extraer patrones de comportamiento allí donde solo se observa desorden, tanto si el objeto de estudio es físico, económico o social. Los expertos de la UPM, liderados por el profesor Miguel Ángel Porras, se propusieron en este contexto encontrar el orden subyacente al complejo fenómeno luminoso de la filamentación de luz.
En contra de la tendencia natural de la luz a esparcirse en todas direcciones, un haz de luz láser de potencia suficiente se estrecha o autofocaliza a medida que se propaga hasta casi colapsar en un punto. La altísima concentración de energía alrededor de ese punto consigue ionizar el aire y a partir de ahí emerge un filamento de luz, de unas pocas micras de diámetro, en el que el haz de luz y el canal de plasma que genera avanzan juntos, atrapados mutuamente.
En su avance, el haz de luz y el canal de plasma interaccionan en un equilibrio altamente dinámico y no lineal a lo largo de distancias que pueden superar decenas de kilómetros, hasta que la energía electromagnética que ioniza el aire se consume.
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