La ciudad estadounidense de Nueva Orleans y las áreas circundantes continúan hundiéndose, aunque a ritmos muy variables, debido a una combinación de procesos geológicos naturales y otros inducidos por el hombre, según los resultados de un nuevo estudio en el que se ha empleado un radar de la NASA que hace su trabajo desde una aeronave sobrevolando la zona a examinar.
Las tasas de hundimiento observadas por el equipo de Cathleen E. Jones, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Estados Unidos, en general concuerdan con las obtenidas en estudios anteriores llevados a cabo usando información de radar obtenida de manera diferente, o son un poco más altas.
Las tasas de hundimiento más altas fueron observadas corriente arriba del río Misisipi, junto a grandes áreas industriales, en Norco, y en Michoud, con hasta 5 centímetros por año.
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